El perfil bajo forma parte de su esencia. Miguel Herrera es así, callado pero tremendamente efectivo como futbolista. "Estoy pasando un buen momento y lo quiero disfrutar", se sincera mientras mantiene una dialogo con LG Deportiva.
A los 27 años, "Calita", como le dicen sus amigos, se siente con la experiencia suficiente para no desentonar en esta clase de competencia tan complicada como los es el Argentino B. "Tanto en lo físico como en lo futbolístico me siento entero. Los años me enseñaron cómo voy a regular mi desempeño. Sé cómo moverme en el campo. Cuando tengo que meter, no dudo. Y cuando dispongo de la posesión de la pelota, trato de darle un buen destino. Todo lo hago en función del equipo y eso me deja conforme", asegura el muchacho de Villa 9 de Julio.
Herrera comenzó en Estación Experimental, luego pasó por UTA y All Boys. En Sportivo, en tanto, jugó el Torneo del Interior y después se consagró en San Jorge. "Con ese club logré el ascenso al Argentino A. Ahora me gustaría repetir con Amalia aquella inolvidable experiencia", se ilusiona convencido el lateral derecho o volante, depende la ocasión.
Amalia viene en alza. Ganó su primer partido y comenzó a ilusionarse con lograr el pase a la siguiente instancia del Argentino B. El "villero", que viene de ganarle a uno de los punteros, Unión Güemes, hoy, a las 18, recibirá a Libertad de Campo Santo (Salta). "Contamos con una linda chance de prolongar la racha", asegura, aunque no se agranda. "Soy un convencido de que a los partidos hay que jugarlos, no importa el rival, ni la posición que ocupe. Todos se merecen respeto".